¿Qué es la bulimia?
La bulimia o bulimia nerviosa (hambre en exceso) es un trastorno relacionado con la comida. La palabra "bulimia" proviene del latín būlīmia, que a su vez proviene del griego βουλῑμια (boulīmia), que a su vez se compone de βους (bous), buey + λῑμος (līmos), hambre. Lo que quiere decir “comer como un buey”
Tipos de Bulimia
En función del tipo de purga que utilizan para compensar el atracón, tenemos:
· Tipo purgativo: Cuando se utiliza como conducta compensatoria el vómito, los laxantes, los diuréticos, enemas, etc., para eliminar lo más pronto posible el alimento del organismo. Y para prevenir el aumento de peso.
· Tipo no purgativo: La persona usa otras conductas compensatorias no purgativas como ayuno o ejercicio físico excesivo, pero no se provoca el vomito ni abusa de laxantes y / o diuréticos. El tipo no purgativo se da solo en, aproximadamente, el 6%-8% de los casos de bulimia, ya que es un método menos efectivo de eliminar del organismo un número tan elevado de calorías. Este tipo de bulimia suele presentarse también en quienes presentan el tipo purgativo, pero es una forma secundaria de control del peso.
[] La característica esencial de la bulimia consiste en que la persona sufre episodios de atracones compulsivos, seguidos de un gran sentimiento de culpabilidad y sensación de pérdida de control. Suele alternarse con episodios de ayuno o de muy poca ingesta de alimentos, pero al poco tiempo vuelven a sufrir episodios de ingestas compulsivas.
Un atracón consiste en consumir en un tiempo inferior a dos horas una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de individuos comerían.
A pesar de que el tipo de comida que se consume en los atracones puede ser variada, generalmente se trata de dulces y alimentos de alto contenido calórico (como helados, pasteles o chocolate). Los individuos con este trastorno se sienten muy avergonzados de su conducta e intentan ocultar los síntomas. Los atracones se realizan a escondidas o lo más disimuladamente posible. Los episodios suelen planearse con anterioridad.
Otra característica esencial de este trastorno la constituyen las conductas compensatorias inapropiadas para evitar la ganancia de peso. Muchos individuos usan diferentes medios para intentar compensar los atracones: el más habitual es la provocación del vómito. Este método de purga (patrones cíclicos de ingestión excesiva de alimentos y purgas) lo emplean el 80-90 por ciento de los sujetos que acuden a centros clínicos para recibir tratamiento. Los efectos inmediatos de vomitar consisten en la desaparición inmediata del malestar físico y la disminución del miedo a ganar peso. Otras conductas de purga son: el uso excesivo de laxantes y de diuréticos, enemas, realización de ejercicio físico muy intenso y ayuno.[
Las bulímicas comienzan con una dieta debido a la presión social que existe. Lo que se convierte en un factor desencadenante y perpetuante. “Muchas obesas son bulímicas, y muchas mujeres con normopeso hacen dieta porque se perciben obsesas”.
La bulimia suele presentarse junto con un fuerte sentimiento de inseguridad y con problemas graves en la autoestima, en relación directa con el peso o con la imagen corporal.
Muchas de estas personas presentan incluso alexitimia, es decir, la incapacidad de experimentar y expresar las emociones de manera consciente.
Es frecuente que las pacientes bulímicas provengan de familias disfuncionales. Muchas madres de dichas pacientes presentan insatisfacción con su imagen y son aficionadas a las dietas. Los padres suelen ser dominantes e intrusivos. Y las familias se caracterizan por ser abandónicas.
La población en riesgo está formada sobre todo por mujeres de raza blanca y clase media o alta en países industrializados como los Estados Unidos, América Latina, España, Canadá, Australia, Japón, Nueva Zelanda, Sudáfrica.
La bulimia nerviosa se inicia generalmente en la adolescencia o al principio de la vida adulta. Los atracones suelen empezar después o durante un periodo de régimen dietético.
Los trastornos de la conducta alimentaria presentan una de las tasas de mortalidad más altas dentro del grupo de los trastornos mentales. Se sabe relativamente poco acerca de los efectos o consecuencias a largo plazo de la bulimia. Las investigaciones más recientes sugieren que el pronóstico es diverso. La bulimia puede presentarse como un padecimiento a largo plazo, fluctuante durante muchos años, o bien como un problema de salud episódico, precipitándose en función de los eventos y crisis de la vida de quien la padece. A corto plazo, algunos informes médicos sugieren que hay una mejoría del 50 por ciento en el comportamiento (en los atracones y en las purgas) en aquellos pacientes que pueden comprometerse con un tratamiento. Aún no han podido identificarse factores consistentes que permitan predecir el resultado del tratamiento. Sin embargo, la gravedad de las secuelas de las purgas puede ser un indicador importante del pronóstico; los desequilibrios electrolíticos, la esofagitis y la hiperamilasemia reflejan el hecho de que las purgas fueron más severas, y quizá generarán un pronóstico más desalentador. En casos graves, la persona puede fallecer como consecuencia de un atracón muy severo, o incluso puede suicidarse.
ü Aspiración (paso del contenido gástrico al árbol bronquial)
ü Neumomediastino (entrada de aire al interior de la cavidad toráxica)
ü Hipopotasemia (niveles bajos de potasio en la sangre).
ü Arritmia cardíaca
ü Ansiedad o compulsión por comer
ü Vómitos
ü Abuso en el consumo de medicamentos laxantes y diuréticos
ü Seguimiento de dietas diversas
ü Deshidratación
ü Alteraciones menstruales y amenorrea
ü Incremento y reducción bruscos de peso
ü Aumento en la frecuencia de caries dentales
ü Pérdida del esmalte dental
ü Aumento del tamaño de la glándula salival
Tratamiento
El tratamiento resulta más eficaz en las primeras fases del desarrollo de este trastorno pero, dado que la bulimia suele esconderse fácilmente, el diagnóstico y el tratamiento suelen presentarse sólo hasta que este problema ya se ha convertido en un ingrediente permanente en la vida del paciente.
En el pasado, las personas con bulimia eran hospitalizadas con objeto de poner fin al patrón de atracones y purgas, y se le daba de alta en cuanto los síntomas habían desaparecido. Pero este procedimiento ya no es frecuente hoy en día, dado que de esa manera sólo se ponía atención a lo más superficial del problema y, poco después, cuando los síntomas volvían, lo hacían con una intensidad mucho mayor.
Varios centros de tratamiento en instituciones (internamiento) ofrecen apoyo a largo plazo, consejería e interrupción de los síntomas. La forma más común de tratamiento actualmente incluye terapia, que suele ser terapia de grupo psicoterapia o terapia cognitivo-conductual.
Las personas con anorexia o con bulimia suelen recibir el mismo tipo de tratamiento y formar parte de los mismos grupos de tratamiento. Esto se debe a que en muchos casos los pacientes padecen de ambos padecimientos, de manera simultánea. Algunos denominan a este fenómeno "intercambio de síntomas" (symptom swapping). Estas formas de terapia se centran tanto en los síntomas que llevan al individuo a presentar estos comportamientos como en los síntomas relacionados con la alimentación. Junto con la terapia, muchos psiquiatras recetan antidepresivos o anti psicóticos.
Este trastorno presenta un característico ciclo de control-descontrol-control. Hay también miedo a engordar y una sobrevaloración de la delgadez, con lo que se dan restricciones dietéticas, sin embargo, a diferencia de la anorexia se tiende a perder el control y a comer en exceso, por lo que, para paliar los sentimientos de culpa y evitar la gordura y el miedo que genera, se ponen en marcha conductas purgativas. La más corriente es la inducción del vómito, aunque también se pueden usar laxantes, enemas o realizar ejercicio físico excesivo.
Un rasgo característico de la bulimia es la impulsividad, que lleva a romper repetidamente las dietas en forma de atracones donde se comen sobretodo los alimentos prohibidos (normalmente los que tienen más calorías
Estos atracones se dan de manera puntual. Para explicarlos se recurre a dos hipótesis, la de la ingesta emocional y la de la externalidad. La primera postula que en la bulimia hay una intolerancia a la tensión y a las personas o situaciones que la provocan (p.ej. relaciones sociales insatisfactorias, presión por seguir la dieta o por el deseo de delgadez). Esta tensión se tiende a combatir con diferentes conductas, sobre todo con el comer, aprovechando sus cualidades relajantes y, por tanto, reductoras de la tensión. También se pueden recurrir a otras conductas sustitutivas o compensadoras de esta tensión como las compras excesivas o el juego patológico. La hipótesis de la externalidad viene a decir que se come por la visión de alimentos externos o cualidades de éstos, o en reacción a determinadas horas del día.
Frecuentemente, la bulimia lleva asociada depresión. Las personas que la padecen, sienten dificultad para controlar sus reacciones emocionales y una vez que se han desencadenado se sienten culpables e incapaces por no haber podido controlarlas. Esto les genera tristeza y reduce su autoestima. Este estado de ánimo repercute negativamente en la evaluación que hacen de su cuerpo, su personalidad y su valía, como ocurría en la anorexia.
Modelo psicoeducativo en la bulimia nerviosa
Los tratamientos más utilizados en bulimia nerviosa suelen ser psicológicos y/o farmacológicos, en un régimen ambulatorio. Los abordajes psicológicos, van desde un tratamiento individual [menos frecuente] a un tratamiento grupal [más frecuente]. Con abordajes cognitivo – conductuales y/o de exposición con prevención de respuesta.
Al igual que en la anorexia, tienen toda una serie de ideas erróneas acerca de la alimentación, peso, conductas de purga, metabolismo y conducta alimentaria, que mantienen el trastorno alimentario. Incidir sobre estos aspectos es crucial, ya en fases iníciales, para reducir la patología alimentaria.
Los grupos informativos [psicoeducativos] inciden en la reducción de la sintomatología alimentaria están mostrando ser eficaces.
Modelo psicoeducativo
Los pacientes deben estar informados sobre:
Ideales de belleza e influencia sociocultural
En pacientes con bulimia nerviosa existe una sobrevaloración extrema de la delgadez, las ideas sobrevaloradas erróneas son del tipo:
Consecuencias negativas del uso de conductas de purga
Muchos de los problemas gastrointestinales son debido al abuso de laxantes / diuréticos y por la realización de vómitos.
Un uso excesivo de laxantes puede producir un trastorno en el intestino grueso y requerir intervención quirúrgica. Y un exceso de diuréticos puede producir desihidratación.
Importancia de la normalización de la ingesta como primer mecanismo para detener el circulo vicioso de atracones – vómitos
Según un estudio realizado la conducta de dieta restrictiva había precedido a la conducta de atracón. De ahí que se justifiquen que la conducta alimentaria restrictiva es un factor de riesgo en la instauración de un trastorno bulímico [aunque no en todos los casos]. A este hecho hay que unir los factores desencadenantes.
Como primer paso para interrumpir el círculo vicioso se aconseja normalizar la ingesta.
El comportamiento de alimentación mecánica es el más aconsejado para los pacientes y también para prevenir.
Alimentación mecánica:
Multicausalidad de la bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa es un trastorno mental multicausado [al igual que la anorexia nerviosa]. En el mismo se detectan factores predisponentes como desencadenantes. Existe una exagerada importancia a la delgadez y actitudes negativas hacia uno mismo.
Repercusiones físicas y psicológicas de la desnutrición
Hay una relación directa entre la realización de dietas y el mayor riesgo de padecer un trastorno alimentario.
De acuerdo a un estudio se demostró que: 1. La conducta de dieta y / o una nutrición hipocalórica producen toda una serie de repercusiones físicas y psicológicas. 2. La conducta alimentaria restrictiva puede generar la aparición de atracones y 3. La desnutrición conlleva a cambios en el metabolismo del organismo.
Teoría del set – point, regulación fisiológica del peso corporal y determinación del peso adecuado
El concepto de set – point es introducido por Nisbett (1972), refiere que el peso corporal, así como los parámetros biológicos, vienen determinados genéticamente y por lo tanto variarán de un individuo a otro. Ello lleva a postular que existe el denominado set – point del peso, es decir, un intervalo de peso, entre cuyo mínimo y máximo se encuentran la mayoría de las personas, y entre cuyos polos oscila generalmente nuestro peso.
Este normopeso se calcula a través del IMC, que se obtiene al dividir el peso [Kg] por la altura2 [m2]. Valores inferiores a 18 indican bajo peso y valores superiores a 25 indican sobrepeso.
El organismo emplea diversos mecanismos para mantener su peso dentro de una estabilidad y sin marcadas oscilaciones. De ahí que, si el organismo ingiere pocas calorías, suele aparecer entonces la sensación de hambre y los pensamientos que induzcan a comer. Asimismo, el organismo comienza a reducir su gasto energético, y necesita menos calorías para mantener el peso corporal dentro de la normalidad.
Ello explicaría por qué al iniciar una dieta el organismo baja rápidamente de peso al principio, casi siempre a causa de la pérdida de líquidos, y no en fases posteriores a pesar de continuar realizando dieta.
Tratamiento cognitivo conductual
Las bases teóricas de este procedimiento se basan en el modelo aplicado con pacientes depresivos por Beck, en los que demostró gran efectividad. Este procedimiento fue descrito por primera vez en bulimia nerviosa, en 1985, por el grupo de Oxford.
Este modelo entiende que la presión social por obtener un ideal de belleza y delgadez, y los correspondientes pensamientos y cogniciones irracionales respecto a la propia imagen y alimentación, conducen a unos hábitos alimentarios restrictivos que desembocan en episodios bulímicos y en vómitos. Tanto la conducta alimentaria como los consiguientes episodios bulímicos y su conducta compensatoria se ven como consecuencias negativas de las cogniciones irracionales respecto de la propia imagen y el peso.
Presión social por la obtención de un ideal de belleza
Le sigue una:
Restricción alimentaria
Lo que conlleva a:
Cogniciones irracionales respecto a la figura y a la alimentación
Sentimiento de hambre
Desinhibición/episodios bulímicos
Las cogniciones y pensamientos que serán objeto de tratamiento se centran en tres áreas:
Este tratamiento tiene tres fases: